"El hombre civilizado ha inventado la diligencia, pero ha perdido el uso de sus pies. Puede echar mano de muletas, pero le falta músculo. Tiene un magnífico reloj suizo, pero se le ha embotado la facultad de saber la hora por la posición del sol. También tiene una carta de navegación actualizada en Greenwich; y por eso, porque tiene a su alcance la información cuando la necesita, este hombre de la calle no reconoce ninguna estrella en el cielo. No ve el solsticio; poco más sabe del equinoccio (...) Tantos cuadernos de notas minan la memoria; las bibliotecas sobercargan el ingenio; las compañías de seguros hacen que aumente el número de siniestros; y quizá sea cuestión de plantearse si la maquinaria no acaba entorpeciéndonos; si no habremos perdido con el refinamiento algo de energía, algo del vigor de la virtud salvaje."
Suzanne te lleva hasta su lugar cerca del río.
Puedes oír el ir y venir de los barcos,
puedes pasar la noche a su lado.
Y sabes que está medio loca,
pero por eso quieres estar ahí.
Y te da de comer té y naranjas
que han hecho un largo camino desde China. Y justo cuando quieres decirle
que no tienes amor para darle
ella te envuelve en su arrullo
y deja que sea el río el que te responda
que siempre has sido su amante.
Y quieres viajar con ella,
y quieres viajar a ciegas
y sabes que confiará en ti
porque has tocado su cuerpo perfecto con tu mente.
Jesús fue un marinero
cuando caminó sobre las aguas.
Pasó largo tiempo observando
desde su solitaria torre de madera.
Cuando supo con certeza
que sólo aquellos que se ahogan podían verle
dijo: "que todos los hombres sean marineros
hasta que el mar los libere".
Pero él estaba roto
mucho antes de que el cielo estuviese abierto.
Abandonado, y casi humano
se hundió bajo tu sabiduría como una piedra.
Y quieres viajar con él,
y quieres viajar a ciegas
y piensas que tal vez, confiarás en él
porque ha tocado tu cuerpo perfecto con su mente.
Ahora Suzanne te coge de la mano
y te conduce hasta el río.
Lleva harapos y plumas
del mostrador del Ejército de la Salvación Y el sol se derrama como la miel
sobre nuestra señora del puerto.
Ella te enseña dónde mirar
entre los desechos y las flores.
Hay héroes entre las algas,
hay niños en la mañana.
Se asoman buscando amor
y se asomarán así por siempre
mientras Suzanne sujete el espejo.
Y quieres viajar con ella,
y quieres viajar a ciegas
y sabes que puedes confiar en ella
porque ha tocado tu cuerpo perfecto con su mente.
Suzanne takes you down to her place near the river
You can hear the boats go by
You can spend the night beside her
And you know that she's half crazy
But that's why you want to be there
And she feeds you tea and oranges
That come all the way from China
And just when you mean to tell her
That you have no love to give her
Then she gets you on her wavelength
And she lets the river answer
That you've always been her lover
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you've touched her perfect body with your mind.
And Jesus was a sailor
When he walked upon the water
And he spent a long time watching
From his lonely wooden tower
And when he knew for certain
Only drowning men could see him
He said "All men will be sailors then
Until the sea shall free them"
But he himself was broken
Long before the sky would open
Forsaken, almost human
He sank beneath your wisdom like a stone
And you want to travel with him
And you want to travel blind
And you think maybe you'll trust him
For he's touched your perfect body with his mind.
Now Suzanne takes your hand
And she leads you to the river
She is wearing rags and feathers
From Salvation Army counters
And the sun pours down like honey
On our lady of the harbour
And she shows you where to look
Among the garbage and the flowers
There are heroes in the seaweed
There are children in the morning
They are leaning out for love
And they will lean that way forever
While Suzanne holds the mirror
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that you can trust her
For she's touched your perfect body with her mind.
El otro día vi la película Moonrise Kingdom y pensé que en castellano ese concepto no tiene traducción. No hay "alunecer" ni "puesta de luna". Y es que propiamente hablando el moonrise y el moonset no existen, pues como bien dice Nathan, it just fades away. Pero aunque la luna ni rises up ni sets down, como
concepto nos sirve igualmente. El "aparecer" y "desvanecer" de luna es
menos evidente que el del sol, que siempre lo eclipsa.
Yo desde hace
tiempo, quería verlo, y esta mañana lo he conseguido.
En la playa de El Saler, el sol se levantaba imponente, mientras la luna llena se desvanecía, discreta.
He titulado la entrada "Algo sobre una visita a una parte de la India" para expresar que apenas conozco la India, que únicamente he visitado el Rajasthan y Varanasi y que he estado menos de un mes. Es decir, que no he vivido lo suficiente como para escribir algo fundamentado al respecto. Por ello, escribo sin conocimientos, pero con sentimientos, y esto son tres poemas que escribí estando allí:
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El
niño que no quería caramelos
El niño que no quería caramelos
era
un mendigo prematuro
de
manos de araña,
de pies de barro y ojos de cristal.
Solo
su tamaño muestra su infancia desnuda,
su
inocencia descalza.
El
niño que no quería caramelos
se
camufla de superhéroe usado
para
llevarse unas rupias a la boca
y
escupírselas a sus padres
como
quien rumia una condena a no alimentarse nunca,
a
tragarse el desdén y otras malarias,
a toser los juegos que nunca tuvo,
a columpiarse en la esperanza de unos billetes
que no sabe leer.
El
niño que no quería caramelos
ha
aprendido a saborear las piedras,
a
lamer angustias que no le pertenecen,
a chuparse las penas.
Ha
aprendido a codiciar las propiedades de vidas adultas.
El
niño que no quería caramelos
frunce
el ceño ante los ojos que se desvían con indiferencia forzada,
los de aquellos que respiran aire
acondicionado
de
forma incondicional,
los
que consumen sin condiciones,
los que caminan con suelas que corren,
los
que poseen relojes que nadan,
teléfonos
que cantan,
sueños que no duermen,
pantallas
que contienen mundos que él nunca vera.
El
niño que no quería caramelos
fue capturado por un objetivo.
Solo
así, petrificado en una imagen, podría parecer un niño.
La hija madre
La hija madre
transporta un hijo hermano.
Parece su muñeco, pero esta vivo.
Con el hambre no se juega.
"Llévate algo a la boca".
De haber nacido en otro sitio
la niña seria madre
de un bebe de plástico maquillado
y con llanto de fantasía.
"No te lleves las piezas a la boca"
No podemos amamantar a vuestros hijos (dicen)
ni acostarlos en cunas con doseles junto a los
nuestros.
No somos responsables de vuestros hijos (dicen)
pero tu has sudado la seda
que abriga mi cuello.
La hija madre
pasea a su no-hijo
con la fuerza de sus no-brazos.
por las ventanillas de los autos.
Ninguno les adopta,
ninguno les lleva lejos.
"Ou je suis n'est pas qui je suis" (dicen).
El niño de cabeza colgante
pronto (con suerte) podrá caminar
y tener mas hijos que colgar
de otros brazos.
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En India
País
con venas de río
donde
van a morir tus células:
vidas
flotantes.
País
de vacas santas
de
animales-persona,
de
personas-hormigas.
Reprodúcete y habla
entre
pitidos constantes.
Reprodúcete
y recorre
por carreteras locas,
distancias de inseguridad.
Yo
no como animales:
los
animales me comen.
Los
monos son vegetarianos,
piensan, confiadas, sus crías.
Los
escarabajos tienen
los ojos enterrados en arena. Corazón que no siente.