miércoles, 21 de noviembre de 2012

Poema 113


113

Te fuiste a trabajar a la ONU
y te convertiste en espía
de un gobierno sudamericano.
Porque todo te importaba un comino
y hablabas el español.
Eso fue varios años después de que hiciéramos el
amor
en el suave aire de otoño de Montreal.
Atenas era hermosa en los viejos tiempos.
Los drugstores eran gratis.
Conocíamos diez grandes ciudades de memoria.
Muerte a las potencias
que han destruido el encanto de viajar.
Déjales que te tartamudeen sus blandos secretos
sobre tus largas piernas y tus altos dedos.
Déjales que consigan tu amor de madera.
Muerte a la Junta,
Muerte al Control de Pasaportes.

Leonard Cohen,  La energía de los esclavos, 1972

martes, 13 de noviembre de 2012

Soledad/Compañía

Siempre he temido a la soledad por considerarla un encuentro con uno mismo. Hoy he pensado lo contrario: la presencia de alguien nos hace todavía más conscientes de nuestra presencia, puesto que no podamos estar ausentes. Pongo un ejemplo: un mal día, o simplemente un día muy largo; llegar a casa sin ganas de hablar. La soledad te permite evadirte y olvidar la propia existencia con cualquier medio audiovisual (ver una buena película, y mañana será otro día); o simplemente divagar en silencio, que es menos exigente que mantener una conversación. La presencia de otra persona te obliga a una interacción en la que necesariamente te encuentras contigo mismo, a no ser que consigas volcarte tanto en la(s) otra(s) personas hasta el punto de olvidarte de ti y de tus problemas. En este caso, las personas despempeñarían el rol de "película humana". Cine en directo, o cine en diferido. En cualquier caso, cuando el cuerpo pide opio, el problema no es ni la soledad ni la compañía. Ni ninguna de las dos es la solución...

sábado, 10 de noviembre de 2012

Legal Theory (o Houston, tenemos un problema)


Legal Theory (o Houston, tenemos un problema)

¡Kelsen, Kelsen!, ¡Auxilio!
Sin la grundnorm no hay sistema.
No entiendo la validez de mis actos.
Dame una norma fundamental a la que aferrarme.
Todo es una ficción, me dices.
mera necesidad lógica.
Teorías, Puras Teorías.
Ich verstehe nicht dich.
Ich verstehe nicht das.
Hart, my heart,
ven  a ayudarme
sin sanción.
Ich verstehe nicht dich.
“Todas nuestras líneas están ocupadas. Le rogamos se mantenga a la espera.”
Ich verstehe nicht das.
Te reconocerán por tus actos y no por tus palabras.
Eficacia y Justicia son dos dimensiones separadas.
Será por eso que no hay justicia eficaz.
Será por eso que no hay justicia.
El Derecho se mete por los ojos
y me llena las cuencas de lagunas.
No hay plenitud ni coherencia en estas palabras.
“El número al que usted llama está apagado o fuera de cobertura en este momento”:
Corto circuito.
Probando, uno dos, uno dos.            D
                                                          i
¡Houston, Houston! Tenemos un problema.





Vacaciones de mí misma


Vacaciones de mí misma


Cabeza: ¡Hola Lola!
Lola: ¡Hola Cabeza!
Cabeza:  Te noto un poco ida.
Lola: Sí, es que me estoy yendo. 
Cabeza:  Ah, ¿sí? ¿A dónde?
Lola: De vacaciones. 
Cabeza:  ¡Ah! ¿Y por qué yo no sabía nada?
Lola: Porque tú no vienes. Necesito desconectar, lo entiendes, ¿verdad?
Cabeza: ¡Ah, no, no! ¡No me seas descerebrada! ¡Sin mí tú no sales de casa!
Lola: No me seas Cabez…
Cabeza: ¡Shh! Lo que me faltaba! Te recuerdo que sin mí, no tienes sentido del humor… y por supuesto, ninguna gracia. En fin, tú sabrás lo que haces… Pero dime, ¿qué te llevas?
Lola: Los pulmones, para oxigenarlos; el pelo, porque abriga; los muslos, para bailar swing; las uñas, porque a veces vienen bien para abrir cosas...
Cabeza:  ¿El estómago?
Lola:  No, que está hecho un nudo.
Cabeza:  ¿Y cómo comerás?
Lola: Por la boca. 
Cabeza:  ¿Te llevas los ojos?
Lola: Sí, pero me dejo el corazón. Ya conoces el refrán. 
Cabeza:  Pero escucha, ¿te vas muchos días?
Lola:  No, sólo un par. Ya sabes que no puedo estar mucho tiempo sin ti. 
Cabeza:  ¡Ah, amiga! ¡Entonces sí que te llevas la conciencia!
Lola: Sí, me temo que sin ella no sé ir a ningún sitio...
Cabeza:  En fin, pues que desconectes bien...
Lola:  ¡Descuida!
Cabeza:  Como sigas así, un día me perderás…
Lola: Venga, no te enfades… Dime, ¿pensarás en mí?
Cabeza: Qué remedio…