martes, 23 de abril de 2013

¿Qué hiciste, abusadora?


Mi amiga y compañera de piso es una peruana maravillosamente alocada y alocadamente maravillosa. Llegó a casa hace un par de semanas diciendo: 

- Estaba en el Balattou (un club tropical aquí en Montréal) y un músico de Haití me ha pedido que baile para su show con una amiga, el próximo domingo 21 de abril.
- ¿Ah, sí?, ¡¡Qué bien!! ¡¡Te iré a ver!!
- ¡No, Lola! ¡La otra amiga eres tú!

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 Para qué seguir hablando, si un par de videos valen más que mil palabras... 

Et bon, le chanteur, c'est lui: Tactic Polo








sábado, 13 de abril de 2013

Nieve

NIEVE

¿Quién necesita un café pudiéndose despertar con multitud de copos de nieve azotándote la cara? Sí, 12 de abril, y una última tempête de neige, como un último estertor del invierno. 

Recuerdo la primera vez que viví en Montréal, de Septiembre a Mayo, es decir todo el invierno. Recuerdo que también nevó en abril. Lloré. Sin embargo he de confesar, que hoy me ha hecho ilusión. ¡Llevaba tanto tiempo sin ver la nieve! Y hay que reconocer que es bonita. Cuando nieva, al menos, el frío no es gratuito. Te proporciona algo de belleza a cambio. El problema del invierno en Canadá no es otro que su duración. Es una virtud saber irse, el invierno debería saberlo. 

Aquí tienen un refrán que dice "En avril, ne te découvre pas d'un fil". Nosotros tenemos otro que dice "hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo". La pequeña diferencia es que lo de no quitarse ni un hilo, para ellos significa que no te quites ni un hilo de lana, ni de la bufanda, ni de los guantes... y nuestro sayo significa, que te lleves una rebequita por si a la noche refresca. En fin, algo malo tenía que tener Canadá. Lo del frío debe ser una estrategia de marketing para contrarrestar la oferta y la demanda. Si no fuera por los -20, 30 o 40 grados del invierno, todo el mundo querría vivir aquí, y eso es imposible. Australia sí que parece tenerlo todo. Pero esto me llevaría a hablar de inmigración, y yo sólo quería hablar de la nieve. 

Aquí, durante el invierno, se habla constantemente del tiempo: es una necesidad. Comentar el frío que hace, el frío que nos espera, u otras anécdotas relacionadas con carreteras cortadas y tempestades de nieve ocupa gran parte de las conversaciones hibernales. Yo pensaba entonces que estaba desperdiciando mucha energía mental (además de la física, por las calorías que consume el frío) en reflexionar sobre el clima. Alguien me dijo que hablar sobre el tiempo, no es un tópico, ni una conversación para solucionar la incomodidad de un ascensor, sino una de las pocas cosas que unen a las personas. En efecto, el tiempo, nos afecta a todos, sin discriminación por razón de género, etnia, religión o clase social... Y recuerdo con emoción cómo en pleno invierno gente que no se conocía de nada se ayudaba con una pala a retirar la nieve que sepultaba su coche, o que no le permitía entrar en casa... Sí, se crea un bonito sentimiento de solidaridad frente a la adversidad meteorológica. Siempre une tener un enemigo común.
Otra de las cosas buenas del frío, es el placer que experimentas cuando vuelves al calor. Hay que perder la sensibilidad de los pies para sentir una felicidad extrema al recuperarla.  

Bueno, mi optimismo en este post, se debe a que la semana que viene, ya se anuncia la primavera!! y en Montréal más que en ningún sitio, la sangre altera!!








viernes, 12 de abril de 2013

SOS Spanien


Podemos optar por reír, al ver gags como éste del programa Polònia de la TV3 (uno de los pocos programas de televisión que, en mi opinión, merece la pena ver). Pero la situación es más bien para llorar. 
Un amigo doctorando aquí en Montréal que organiza sesiones de cine documental, me invitó a un evento titulado: "The Spanish Crisis. How we did get there". Y pasaban un documental de la BBC titulado The Great Spanish Crash, que hablaba de lo que los que vivimos en España ya sabemos, pero lo que desde fuera no se entiende: cómo y por qué España ha pasado a ser Expaña. Yo bromeo diciendo que vengo de un ex-país, o de un país en vías de subdesarrollo. Pero no bromeo cuando digo que lo único que se salva ahora mismo de Expaña es el clima (que no es mérito de nadie) y la gente, que pese a todo sigue luchando y sonriendo. 
Desde Canadá, nos perciben como un país lindo, de belllos paisajes, con playas increíbles con gente simpática y alegre... Incluso los que lo han visitado recientemente me preguntan: ¿dónde está la crisis? Si las calles llenas, los bares están llenos, las terrazas están llenas... Sí, la gente sigue saliendo a tomar una cerveza, y eso da ambiente. Lo que no se sabe es que las conversaciones mientras se disfruta de esa cerveza han cambiado bastante en los últimos años, y ahora giran en torno a un despido (¡¡¡quién en España no conoce a alguien al que hayan despedido!!!), ante la desesperación de no encontrar un trabajo, ante el hecho de trabajar para una empresa que lleva x meses sin pagarte el salario, ante un desahucio... por no hablar de los recortes (sanidad y educación a la cabeza), de las restricciones de derechos (como la tarjeta sanitaria para los inmigrantes), de la violencia policial, de la corrupción...

En fin, recomiendo ver el documental, muy triste, pero muy cierto:


http://www.dailymotion.com/video/xwqhgp_this-world-bbc-2012-the-great-spanish-crash-vos_news#.UWbv6RlD-7Q

Y repito mi poema: ¡Auxilio, exilio!  

Por acabar con algo más positivo, sólo espero, en un futuro cercano, poder hablar en pasado de esta crisis, puesto que: 

"C'est un plaisir d'évoquer les ennuis passés (...) Et cela dû à l'espace qui nous sépare d'eux car, si nos pouvons en parler, c'est que nous leur avons survécu". 
Gilles Tordjman.
"Es un placer evocar las preocupaciones pasadas (...) Y ello debido al espacio que nos separa de ellas, puesto que, si podemos contarlas, significa que hemos sobrevivido".
 

martes, 2 de abril de 2013

El Sr. Melancolía y la Sra. Nostalgia


El Señor Melancolía y la Señora Nostalgia


El Sr. Melancolía
pasea por playas desiertas,
muere en cementerios ignotos,
renace en villas con olor a infancia
y busca belleza en aulas vacías.
Acuna nanas en sus labios,
músicas tristes
sobre la vida y la locura
Y sin embargo, vive de sueños
y sueña que vive
 en otro sitio.
Lejos, siempre lejos
Lejos, más allá.

La Sra. Nostalgia vive
en una despedida eterna
en un viaje sin principio
hacia una búsqueda sin fin.
Se desespera buscando raíces.
Siempre mira hacia atrás.

 A la Sra. Nostalgia no le duele el no regreso
sino que le pesa el miedo
al deseo
de no regresar.
Dicen también que el vértigo
es el miedo
al deseo
de caer.
La Sra. Nostalgia no tiene Ítaca
y piensa que el baile es su patria
y que su tierra es el mar.

Cuando la Sra. Nostalgia volvió la cabeza
y vio al Sr. Melancolía,
sus miradas perdidas tropezaron
y en esa feliz colisión, dialogaron desde el destierro.
Se presentaron como la Sra. Fiesta y como el Sr. Bohemio.
No era mentira.
Fueron pues, a los bares,
y entre copas, hablaron de libros.

Cuando el narrador melancólico desató su potencial,
la poeta nostálgica tuvo que bailar un blues hasta el alba.
Recitaron de la mano, saetas a una ciudad sonámbula.
Entraron con miedo, en una cama dormida.
Se amaron como si se derramaran.

La Sra. Nostalgia es melancólica
El Sr. Melancolía es nostálgico
Ambos se contienen, sin encontrarse.