jueves, 28 de marzo de 2013

Despedida


Tres canciones valen más que mil palabras


All is full of love, Björk

jueves, 21 de marzo de 2013

EXPAÑA



       EXPAÑA 
      (O ¡auxilio! ¡exilio! )



Mi país se hundirá en cataratas de dinero extranjero.
Tiene un presente negro
como el carbón de las minas.
Tiene tabúes heredados del pasado
¿Tiene un futuro?
¡Auxilio! ¡Al rescate!
Mi país es un 50% de población activa inactiva
de parados desesperados e inquietos,
una meseta de curriculum vitae,
de cartas sin  motivación,
de cartas de desesperación
para empleos desesperanzadores.
Energía desperdiciada.
Sol, ¡sal y levántanos!
Sol, eres mi único orgullo.
No permitas que apaguen las playas
con sombras de rascacielos.
Sol, ¡el cielo se plaga de CO2!
¡Auxilio! Hay provincias-invernadero
cultivadas por trabajadores que, sin existir, trabajan
más allá de las fronteras
de un color.
¿Ilegal?
Sólo al enfermar.
Tanto cotizas, tanto vales.
¿Vales?
¡Exilio!
Destrucción del medio,
destrucción de los medios,
destrucción en el país de la construcción.
Demolición de barrios que respiran
mirando al mar…
El mar… ¡Exilio!

Mi país cabe dentro de una televisión:
tortura programada.
Opio, opio, opio.
Masas beben y cantan:
bienvenidos al país de las verbenas.
Plazas llenas.
Masacres por tradición.
¡Olé!
Mi país teme educar a la ciudadanía.
¡Auxilio!
Mi país no tiene políticos.
Plazas llenas de protestas.
¿Dónde está el rey?
Plazas llenas de protestas.
¡Auxilio! ¡Policías!

Yo soy expañol, expañol, expañol
¡Auxilio!
¡Exilio!


Publicado en la revista Estudios

lunes, 11 de marzo de 2013

Si la pasión es la patria


"En el país de las pasiones, 
mi única patria es el baile". 



A Marta, por el video, y por todo.

domingo, 10 de marzo de 2013

Jamón, jamón

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Una pata de cerdo, una pierna de persona...
Hace poco, al ver un jamón, le di la vuelta, y no sé por qué pensé en Orwell y en Rebelión en la granja. En el libro, los cerdos acaban adoptando comportamientos humanos y jugando al póquer. Tal vez luego también les apeteciese comer fiambre, que en este caso podría ser un muslo de persona cortado a finas lonchas. 
Y sí, esa es la idea, pero dibujar no es lo mío... ;-)



viernes, 1 de marzo de 2013

Maladie, mal-à-dire



Maladie, mal-à-dire

Las palabras hablan. Son el objeto y vehículo de nuestras conversaciones, pero a veces se convierten en sujeto de las mismas cuando, de pronto, nos hablan, y nos dicen cosas sobre su origen y su razón de ser.
Maladie, en francés, significa enfermedad, y curiosamente vendría a significar mal-à-dire, un “mal por decir” (en esto no caí en la cuenta yo sola, me lo dijo Amélie Nothomb en alguno de sus libros). Este “descubrimiento” supuso para mí la confirmación de algo en lo siempre he creído: la psicosomatización de las enfermedades. En efecto, las enfermedades son males que no se dicen: cuando a la mente le duele algo, te lo dice en forma de enfermedad. A veces es inconsciente, y no nos damos cuenta hasta que el cuerpo no se manifiesta, pidiendo a gritos una solución para ese conflicto emocional. Por lo tanto, hay que ser sincero y hablar, no guardarse nada que nos duela. Que no se nos quede nada por decir. 
Cuanto más sinceros y transparentes... más sanos.

Ahora, la misma idea, pero en verso:

 

EL MÉDICO QUE TENÍA UN LOCUTORIO DE SALUD


El médico que sólo curaba con palabras
ha llegado a la ciudad para montar su clínica.
Ha elegido un eslogan curativo para el rótulo:
LOCUTORIO DE SALUD.

 
El licenciado en Medicina que piensa
que las enfermedades vienen ocasionadas
por todo lo que no decimos
cree firmemente que hablando, se cura la gente.
No tiene pacientes.
Tiene paciencia.

Sus allegados y seres queridos se desviven
buscando la forma de decirle que está loco.
Uno a uno, empiezan a enfermar.

Con el fin de sanarlos,
el médico se esfuerza por que le cuenten
aquello que tanto les preocupa.

No hablan por miedo a herir sus sentimientos.

Cuánto más les tira de la lengua,
menos dicen,
más enferman.