Se acerca el mío.
Si hay dos fechas clave en el año, para mí son Nochevieja y mi cumpleaños. En Año Nuevo cumplimos años todos; en el cumpleaños, en principio, sólo nosotros. Me pregunto qué nos gusta más: si comenzar un nuevo año todos juntos o sentirte especial y único por un día.
Tengo la teoría de que la pena compartida se divide, y que sin embargo, la felicidad compartida se multiplica. Curioso, ¿verdad? Pero, ¿a qué es cierto? ¡Y lo que nos alegramos de encontrar a alguien que nació el mismo día que nosotros! Pero bueno, me estoy yendo del tema: cumplir años. El día en sí, suele estar muy bien, por la(s) felicidad(es) que te envía todo el mundo. El hecho, no tanto: envejecer. Aunque si lo llevas bien... bueno, ni eso. Yo quise plantarme a los 18. Volví a sentir la necesidad de plantarme a los 25. También fantaseé con cumplir años de forma decreciente. Ahora ya lo he asimilado. No todo tiene por qué ir a peor con la edad. Sin duda, el físico se resiente, pero no necesariamente nos volvemos más feos, ¿no? Creo que fue en un programa de Redes donde oí algo así como que de los 0 a los 20 tienes la cara con la que naces, de los 20 para arriba, la cara que te mereces. En efecto, creo en esa teoría. Nuestros gestos cotidianos configuran nuestra cara al más puro estilo lamarckiano... No todo el mundo estará de acuerdo... pero es mi blog. Si sonríes mucho, con el tiempo, tu cara acaba adoptando una mueca sonriente. Si frunces mucho el ceño, se acaba volviendo crónico. Si estás siempre enfadado, se te queda una mueca huraña permanente. ¡Muchos monjes budistas tienen cara de paz y parecen no envejecer nunca! El hábito no hace al monje, pero ¡el hábito hace la cara! Sí, lo creo firmemente. En una gran película, "Across the Universe", preguntan algo así como... ¿lo que haces es lo que eres? o ¿lo que eres es lo que haces? Pues resulta que es un ciclo sin fin: en condiciones de libertad haces lo que te nace, es decir manifiestas cómo eres eligiendo lo que haces. Después, lo que haces te configura, transforma tu ser (el caso enfermizo es la deformación profesional). Por eso es muy importante hacer lo que eres porque, si haces lo que no eres, lo acabarás siendo. El hábito hace el ser.
Bien, siento que podría continuar indefinidamente filosofando sin más... ¡y ni siquiera he hablado de mis propósitos de año nuevo! Pero por hoy, ya basta.
Ahora bien, si algo me merezco en este 28º cumpleaños, es que me lo canten en brasileño!
"Parabéns pra você"!!