ESPACIO ANTIHUMO
Que nace y crece,
pero que no se reproduce
por un genocidio pactado.
Autodestrucción masiva.
Apoptosis la llamaban,
a la muerte programada de
las células.
Miedo al mañana y al éxodo.
Albérgame en tus capas de
zorro,
en tu pelo negro,
como un bosque teñido de
humo.
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¿Fumas?
-
Yo no fumo.
Me erizo la piel a trozos de
contactos vacuos
de indiferencias nobles,
de labios partidos...
Préstame cañas de azúcar
y te las devolveré en la
boca
con un beso torcido.
-
¿Fumas?
-
Sólo en espacios abiertos.
Los árboles son cigarros con
hierba;
por eso a veces les prenden
fuego
y se consumen,
perjudicando seriamente la
salud.
El té rojo de la banalidad
con conversaciones rojas de
fondo
y con políticos en los
cristales.
Hablo de nada durante horas.
No tengo reloj,
pero mi paquete de tabaco me
indica el tiempo que ha pasado;
se me ha hecho tarde y el
estanco está cerrado.
Siempre quedarán los bares.
Filosofamos sobre la forma
de los vasos,
yo empatizo con el hielo de
mi copa
y me deshago,
mientras me impregno de
alcohol y de palabras.
Los gases nobles no acuden a
este espacio de humo
y me divierte ver cómo
explotan las caricias en tus manos.
Prométeme bailes de fuego y
arena,
círculos de pecho
y torbellinos tristes.
Ya me has contado
que la existencia es la anti-esencia
pero yo me niego
a fumarme tus hipótesis.
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¿Fumas?
-
Sólo para absorber mejor el vino.
Me revelas que la noche es
el no-ocho,
negación del infinito,
y yo te admiro.
En el tiempo de un cigarro,
consumirse o consumarse,
consumir o consumar
lo inacabado...
Colilla lejana que aún
huele.
Dice George que su nombre es
capicúa,
¡Qué ingenuo!, ¡lo sería si
fuera un número!
George es un palíndromo
o yo una disléxica que anda
suelta.
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¿Fumas?
-
Sólo para alumbrarme por la noche.
No te veo entre la humareda.
Te ofrezco besos oxidados
y sonrisas amarillas.
Peligro de muerte en mi
lengua, en mi faringe y en mi tráquea.
Cuarentena a los fumadores
para que su humo no
repercuta en las gentes sanas.
Racismo contra los pulmones
negros.
No me importa cumplir
algunos años de menos;
me fumaré las velas mientras
viva.
¡Que mis cenizas se esparzan
en los ceniceros!
Yo me fumo
y yo me consumo.