sábado, 7 de enero de 2012

La vergüenza de no acordarse

Yo, que siempre he reído por no llorar,
¡cuántas veces habré llorado de la risa!

Yo, que recuerdo las palabras,
pero no las caras,
tengo déficit de atención y 0.75 de miopía.

Nunca saludo de lejos a quien conozco,
y siempre saludo, por error, a desconocidos personajes.

Yo, que del cine siempre recuerdo los diálogos,
y nunca a los actores,
ansío una vida de película.

Yo, que me oriento a base de memorizar los nombres de las calles,
me pierdo en los bosques y en las olas,
me extravío entre estrellas rojas,
y siempre,
siempre,
pierdo el norte.

Yo, que bailo con los pies en el suelo
y con la cabeza en las nubes,
de día, suelo olvidar,
todo aquello que sucede por la noche...

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